Historia: Para el amor, no existen limitaciones. Parte II.

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-¿Una sola salida? – pregunto ella sin dejar de mirarlo.

-Si, te prometo que una sola… – pudo ver en sus ojos esperanza.

-Esta bien, acepto… – dijo luego de un pequeño silencio.

-¿En serio? Me pone muy feliz tu respuesta, te aseguro que vamos a pasarlo muy bien, te voy a coci…

-Para, para… – dijo Roció frenando la exaltación de Nicolás – Si vamos a salir, prométeme que te vas a comportar.

-Ni siquiera lo tenes que decir… – dijo tomando su mano y con una sonrisa de lado – voy a ser todo un caballero.

-Muy bien, espero que sea así – respondió sonriendo y soltando su mano de la de Nicolás, para anotar su celular en un papelito.

-¿A que hora te paso a buscar?

-No te preocupes, voy en taxi al lugar que vos me digas. – él sonrió ante esa propuesta.

-Te dije que iba a ser un caballero, así que te voy a pasar a buscar a tu casa y después cenamos en la mía. – Roció lo miraba dudosamente – Soy el hermano de Mariano, no te voy  a secuestrar.

-Tengo mis dudas… – respondió Roció concentrándose en hacer la letra clara en ese papelito.

-Gracias… – dijo Nicolás guardándolo en su billetera con una sonrisa entre sus labios – ¿Te paso a buscar a las 8:30? ¿Esta bien ese horario?

-Si, creo que no tengo problema… – respondió ella.

-Nos vemos entonces, prometo que no te vas arrepentir… – se despidió saliendo de ese local.

Roció lo observo mientras se perdía entre los clientes que comenzaban a ingresar; el nerviosismo que hacia unos instantes le había invadido el cuerpo, fue desapareciendo y convirtiéndose en una alegría que crecia poco a poco internamente; «Una sola salida, ¿entendiste Rocio? No te enganches» se dijo a si misma sin prestar atención a Lucia que se aproximaba a ella.

-Ejeeem… – dijo su amiga dándole un codazo en su brazo derecho.

-¿Que? – pregunto Rocio risueña mientras tomaba tiernamiente entre sus manos la rosa. Lucia la observa con una amplia sonrisa – ¡No, mejor no digas nada!

-Mejor nos ponemos a trabajar ¿no?

-Si, mejor… – dijo Rocio y ambas sonrienron.

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La jornada laboral de ese lunes, se torno con mucha concurrencia que no dio descanso a sus empleados. Rocio, por momentos se distraía observando la cotidianidad del día y se perdia en sus pensamientos; la intriga de lo que sucederia durante la noche, de que se pondria, de como seria él, le provocaban una ansiedad desconocida en ella misma.

Al observar que el reloj del local marcaba que faltaba media hora para finalizar su turno, decide tomar el descanso que con anterioridad, no pudo. Se sento en una de las pequeñas mesas junto a la ventana de la cafetería y en su mente apareció la ansiedad acompañada por las múltiples dudas que durante esa mañana, habían estado presentes: «¿Que me puedo poner? No me puedo arreglar mucho, seria muy formal… pero tampoco puedo ir así nomas. Tendría que pedirle algo a Lu, ¿o mejor me pongo un vestido? Aiii no se que hacer» pensó «¿Como sera su casa? ¿Como sera él? Hablamos tan poco… lindo es, no se puede negar» sonrio al recordarlo  «pero tampoco es lo unico que importe. Tal vez sea muy fachero, pero una persona bastante vacia… pero dijo que le quedaba poco para terminar su carrera. Bueno, eso es un punto a favor ¿no?» Observo a las personas que transitavan en frente de ese ventanal, algunos con trajes intentando encontrar un lugar para el almuerzo y escapar del sol, otros, llegando a sus casas con caras de agotamiento, algunos niños seguramente volviendo de su maestra particular; y Rocío ahí, observandolos y encontrando pequeños detalles que le gustaría haber podido retratar.

Mientras las personas seguian circulando enfrente de ella, recordo que llevaba su celular en uno de los bolsillos de su uniforme. Se paro y tomo el celular del bolsillo de su pantalón verde y mientras se sentaba pensó «Tal vez no sean de la mejor calidad, pero bueno… ya fue» 

Comenzo a buscar entre todas esas personas situaciones que le atrajeran, que le interesaban. Observo a una madre junto a su hijo pequeño y vio lo que estaba buscando. Se acomodo sobre esa ventana y encendio su celular llevandose una sorpresa; un número desconocido le había enviado un mensaje. Rapidamente, presiono la tecla «leer» del mismo y se encontro con esas palabras:

«Hola, se que estas trabajando y espero que no te moleste mi mensaje, es que estoy muy ansioso por la cena de esta noche, por verte y conocerte. Por cierto, soy Nicolás 🙂 Besos.» 

Rocío leyo varias veces ese corto mensaje, era tan simple y a la vez tan directo. En ese momento se sintio tan extrañada y algo confundida, recordaba las palabras que ese mismo día Nicolás le había dicho sobre lo que él sentia cuando ambas estaban cerca, al principio le parecio algo bastante banal, pero luego de leer ese mensaje esas mismas palabras eran las unicas capaces de explicar lo que acontencia internamente de ella. «No puede ser que sienta, no se, tanta confianza en una persona desconocida…» pensó dejando su celular a un costado de la mesa en la cual, estaba sentada. Los sentimientos comenzaron a mezclarse en su interior, estaba ansiosa, nerviosa y a la misma vez, sentia alegría y miedo, miedo por lo que sucederia, «¿Y si no me gusta como es él? ¿Y si me gusta, pero a él no le gusta mi personalidad? En realidad, que pase lo que tenga que pasar pero…» dudas y más dudas aparecían en ella «¿y si me olvide como es esto de salir con alguien? Hace tanto que no salgo con hombres y con Pablo fue todo tan distinto, amigos desde la infancia que un día para el otro se ven de otra forma. Ni siquiera salimos, un día nos miramos y lo comprendimos… pero… pero con Nicolás va a ser distinto, o sea vamos mas despacio… ¿Pero que tiempos hay que respetar ?» 

Todos esos pensamientos que innundaron su mente, la hicieron sentir aturdida y confundida.

-Hey, vamos a cambiarnos que ya terminamos – le dijo Lucia que observaba la cara de confusión de su amiga.

-Ah, bueno… dale – dijo ella y se levantó tomando su celular.

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Al salir de la cafetería, Rocio observa como Lucia se despedia tiernamente de Jeremías con un beso en la comisura de sus labios y un largo abrazo.

-Tal vez vos querias almorzar con él… Perdón no me di cuenta. – comenta Rocio mientras junto a Lucia se dirigian a almorzar a uno de los resto vegetariano favorito de ambas.

-No te preocupes, tampoco da que este todo el día con él – dice su amiga mientras ingresaban al lugar. Luego de optar por una mesa que se encontraba junto a el ventanal vidreado y de ordenar su almuerzo, Rocio le pregunta:

-¿Que hicieron ayer con Jeremias?

-Fuimos a ver Ruby Sparks, estaba buena la pelicula, era una comedia romántica muy tierna. Después fuimos a cenar a Puerto Madero, en un lugar cercano al río,  no sabes lo que era, era precioso el lugar. Durante la cena estuvimos hablando mucho, tenemos varias cosas en comun, me gusta que seamos bastantes parecidos… También me conto de su familia, tiene dos hermanas mas chicas que él y me dijo que es super protector, y que siempre las intenta ayudar en todo lo posible, por que su padre fallecio hace unos años, y bueno él tuvo que asumir ese rol para ayudar a su madre.

-¿En serio? eso no lo sabia – dijo Rocio sorprendida.

-Si, yo tampoco sabia tanto de él – dijo exaltada – Me sorprendio mucho su historia.

-Si, me imagino, pero… – hizo un breve silencio – ¿como es que terminaron los dos en casa?

-Para, luego de cenar fuimos a caminar por Puerto Madeo, y bueno hablando, no se como, él me dijo que le gustaba todo esto que estaba viviendo y que esperaba que realmente lo nuestro funcionara, pero que si yo veia todo lo contrario, que él preferia que sea sincera sin importar lo doloroso que sea. Eso realmente me mato. – Rocio la escuchaba atenta, le gustaba observar esa alegria que Lucia erradiaba al contar todo lo sucedido el día anterior – Y bueno, eran como las dos de la mañana, entonces cuando me llevo a casa y me acompaño hasta la puerta del depto, nos besamos. No sabes lo que fue ese beso, fue un beso que transmitía amor, ternura; – Rocio sonreia – Entonces lo invite a pasar, pero aclarandole que no iba a suceder nada, que solo ibamos a dormir.

-¡Hay, no pueden ser tan tierno! – dijo Rocio al observar la amplia sonrisa de su amiga.

-Te juro que me encanta todo esto que estoy viviendo, me siento tan bien, tan tranquila y con mucha felicidad – dijo Lucia perdiendose en la vista que tenia a su derecha.

-¿Que? – preguntó Rocio al observar que su amiga la miraba de reojo.

-¿Como me vas a decir «¿que?» cuando tenes a un bombonazo rubio invitandote a cenar? ¿Acaso no estas ansiosa o nerviosa?

-Te soy sincera, me suceden ambas cosas…

-Dale, contame que te pasa.

-Es una mezcla de cosas, él me parece lindo, pero obviamente lo tengo que conocer para ver si me gusta o no; pero también tengo miedo.

-Bueno, pero si las cosas no funcionan, no funcionan… No es el fin de nada.

-No es que tengo miedo a que no funcione… sino que… – pensó Rocio en como explicar lo que en sus pensamientos era un enrredo – tengo miedo, por que no se como es comenzar una relación – Lucia la miraba confundida – Con Pablo no pasamos esa etapa, ya nos conociamos y bueno…

-Pero Ro, esas cosas siempre te las dicta el corazón.

-Si, eso lo sé… pero con Pablo cuando nos pusimos de novios, fue todo rapido. Entonces, como que ahora, todo lleva otro tiempo. Y eso es lo que no entiendo, ¿cuanto tiempo tengo que considerar para el primer beso? por ejemplo.

-Ro, en serio… para – dijo sonriendo – son cosas que te dictan el corazón, depende de que sentis por esa persona y como te sentis junto a esa persona. Desde el primer beso, el nos ponemos de novios, tu primera vez con él y hasta el casamiento o el hecho de tener hijos, depende 100% del corazón, de lo que él elija y de como te sientas. No es algo lineal Ro, solamente es sinceridad y amor.

Luego del razonamiento de Lucia, se sentía menos temerosa ante lo que podria llegar a suceder. Asumio que solo tenia que ser sincera con sus sentimientos, y sobre todo con Nicolás.

El almuerzo prosiguió con conversaciones sobre el mensaje que le había Nicolás, la facultad, el trabajo, la vida diaria, entre otras cosas.

Rocio observa en su celular que el reloj marcaba las 3 de la tarde de ese día lunes que entre tanta conversación, el tiempo había sido lo de menos. Luego de pagar la cuenta, caminaron hasta el departamento de ambas que quedaba a varias cuadras. Las amigas, por momentos conversaban y por otros Rocio se distraía tomando fotografías con su celular a algunos de los edificios o utilizaba a su amiga como modelo.

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-Tengo un cansansio… – dijo Lucia mientras dejaba las llaves en la mesita que se encontraba al lado de la puerta de entrada – Me voy pegar un baño corto y me voy acostar a dormir.

-Dale, yo no tengo sueño, así que voy a ver que hago – dijo Rocio y desaparecio por el pasillo que llevaba directo a su habitación.

Luego de colocar la rosa que esa mañana Nicolás le había obsequiado, en uno de sus libros favoritos para poder secarla; se viste de forma mas cómoda y se recuesta en la cama junto a su notebook. Primero revisa su cuenta de mail para consultar el horario de cursado de la materia que durante ese verano tenía pensado hacer junto a Lucia y luego de anotarlos detalladamente en su agenta, entra a su facebook para subir algunas de las fotografías que esos días había sacado.

Mientras se encontraba concentrada editando la definición de algunas de las fotos, una notificación de su facebook le pide atención. «Dos solicitudes de amistad… ¿Quienes seran?» se pregunta internamente. Al apretar el icono de la notificación, se lleva una sorpresa poco grata; una de las solicitudes era de Nicolás, eso la hizo sonreir… Rapidamente lo agrego e inspecciono un poco su perfil. Le parecio que era muy fotogenico, «Algún día te voy a sacar fotos…» pensó en ese momento picaramente, también pudo deducir que le gustaba la lectura, la mayoría de las publicaciones eran sobre citas de algunos libros y escritores que ella solia leer «Punto a favor» pensó concluyendo que eran parecidos, pero la idea de juzgar por el perfil de su facebook no le agrado y decidio volver a su propio perfil para resolver esa sorpresa no grata: Pablo, su ex novio, su primer gran amor que hacía un año le había roto el corazón y que ese mismo sabado, en el cual muchas cosas de su vida habían cambiado y ella había eliminado de su perfil, pedía nuevamente ser su amigo en la red social.

En ese instante Rocio quedo completamente paralizada, no sabia que hacer, en su mente había mucha confusión; por un lado Nicolás que sin conocerlo la había hecho sentir cosas que le gustaba y le intrigaba que podria pasar más a futuro; y por el otro lado, era Pablo, ese mismo Pablo que durante varios años fue su novio, su confidente y la persona con la cual conoció lo que es el amor, pero ese mismo Pablo hizo pedazos su corazón. ¿Como era posible que la agregue nuevamente a su facebook? ¿Que buscaba? ¿Que queria? Hacia un año él había puesto fin a la relación y ahora ¿le interesaba su vida?

Rocio se levanto de su cama y se dirigió rapidamente a la habitación de su amiga que se encontraba profundamente dormida. Al observarla descansar decidio que no era una razón tan dramática para despertarla.

Vuelve a su habitación y comienza a pensar que Pablo era una etapa de su vida que ya tenia que cerrar, habia pasado un año desde todo lo ocurrido, «¿cuanto mas?» se cuestiono con enojo. Tomo su notebook con decisión e hizo lo que nunca pensó tener el valor para hacer: entro al perfil de Pablo y bloqueo su cuenta para que él no tuviera mas acceso a la suya. Acto seguido, se recostó plenamente en su cama apartando la note, se sintio tan liviana, como si un peso de encima hubiera salido de su cuerpo. Sintió como todo comenzaba aclararse en su vida, lo mejor era dejarse llevar ante todo lo que se encontraba viviendo.

Tomo nuevamente su notebook y comenzó a subir las fotografías en su cuenta, al observar que tomaria un tiempo en cargarse, decide aprovechar ese tiempo en terminar los ultimos capítulos de uno de los libros que ese verano había decidido leer. Mientras se encontraba concentrada en esas páginas, Lucia entra al cuarto de Rocio:

-Hey Ro, ya son como las 6:30… Me re dormi – dijo sentandose junte a ella.

-¿En serio? Se me paso rapidisimo el tiempo… – respondio Rocio dejando a un lado el libro y dirigiéndose a su armario en busca de ropa.

-¿Que te vas a poner?

-No tengo idea – dijo hurgando entre sus vestidos y sacando varios que les parecian acorde para la cena.

-¡Yo creo que este! – dijo emocionada Lucia parandose y tomando un vestido colorado de seda con varias capas en la parte de la falda, que lograba un efecto volado; además, llevaba breteles finos y un cinturón finito dorado que marcaba su cintura.

-Si, me gusta… No es muy formal, pero tampoco es algo así nomas – se convencio observándose en el espejo junto al vestido.

-Si, te va a quedar hermoso. Vos anda a bañarte así te lo probas y vemos que accesorios te quedan acordes.

Luego de un largo baño, Rocio observa que ya eran las 7:15 de la tarde. Se arregla un poco su pelo mojado y se prueba el vestido con su cinturón  Al observar que la favorecía y que era perfecto para la cena, decide ponerse unos zapatos clásicos altos, de color nude junto a una pulsera dorada con un hilo negro entrelazado.

-¿Que te vas hacer en el pelo? – le pregunta su amiga.

-No se… puede que me lo planche y me lo deje suelto.

-Si, te va a quedar hermoso… Pero te lo plancho yo así te queda perfecto – le propuso su amiga con alegría. Rocio se sienta ante un espejo para observar el proceso y su amiga comienza a planchar su pelo desde la nuca, subiendo hasta arriba.

-¿Estas nerviosa?

-No se si nerviosa, puede que ansiosa… – contesta ella mientras su amiga seguía peinandola.

-Y si, es normal… pero lo importante es que seas vos misma y te dejes llevar. – luego de un silencio, Lucia continua diciendo – Me pone muy contesta que estes empezando a dejar atrás a Pablo.

En ese momento Rocio recuerda lo sucedido unas horas atras – ¡No te conte! – dijo con exaltación – ¿Viste que vos habías eliminado a Pablo de mi face?

-Ajaaaam.

-Bueno, hoy me envió una solicitud y encima, en el mismo momento que Nicolás lo hizo.

-¿En serio Nicolás te envió una solicitud? – preguntó Lucia sonriendo.

-Si, boba – contesto ella con una gran sonrisa – Lo acepte, pero no quise mirar mucho su perfil… prefiero no sacar conclusiones antes de conocerlo.

-Si, eso te estaba por decir… Pero… ¿a Pablo lo aceptaste?

-No, no… creo que – hizo un silencio mirandose en ese espejo – es mejor apartarme de él. Como que ya esta, nada nos une como para tenerlo de amigo en mi face.

-¡No puedo creer esa respuesta! – dijo Lucia emocionada desconectando la planchita del enchufe y terminando de arreglar el largo cabello rubio de Rocio hacia un costado – Estas preciosa yegua, lo vas a matar a ese bombocito rubio.

-Sos una exagerada… – dijo ella sintiendo como su rostro se volvia colorado.

Al observarse en el espejo y comprobar que el pelo y su vestuario estuvieran perfectos, observa que eran las 8 de la noche.

-Me voy a maquillar ¿Vos me podes buscar esa carterita que es un sobre y se engancha a mi muñeca de color nude?

-Si, no te preocupes que yo pongo todo lo que necesitas – dijo su amiga y Rocio se dirigió al baño.

Luego de un último arreglo con el rimel en sus pestañas, se observó de pies a cabeza en el espejo de su habitación y se colocó su perfume favorito: Scarlett de Cacharel, observó la hora en su reloj blanco de muñeca y vio que faltaban solo 20 minutos para la cita. Salio de su habitación algo distraída por su celular, en busca de su amiga que la esperaba al final de ese pasillo con la camara en sus manos.

-¿Que estas haciendo? – le preguntó sonriendo, luego de que el flash de la misma, la desconectara de su celular que había recibido un mensaje.

-¡Esto no es algo que se de todo los días Ro! Hay que retratarlo – respondio bromeando Lucia.

-¡Sos mala! – dijo Rocio riendo ante la respuesta.

-Una jodita – dijo guiñandole su ojo derecho y entregándole el sobre de color nude – Creo que esta todo, tus llaves, billetera y te puse un brillo labial.

-Perfecto – contesto ella mientras escribía en su celular.

-¡Bueno, dame bola por lo menos! Estas estupidisada con ese celular…

-¡Aiiiii te pusiste celosita! Que tierna… – dijo de forma aniñada, abrazándola por la espalda.

-Estupida – dijo Lucia haciéndose la ofendida – ¿Quien te mando un mensaje?

-Él.

-¡¿Nicolás?! ¿Que te puso?

-Puso: «Hola Ro! El día se me hizo eterno, pero por suerte solo en 15 minutos te voy a ver de nuevo. Entendeme si estoy un poco nervioso jajaja» – dijo y su amiga le sacó rapidamente su celular.

-¡Encima que esta re partible, es un tierno! – dijo mientras leía varias veces el mensaje, provocando que Rocio lanzara una carcajada – ¿Que le contestaste?

-No se que ponerle… – respondio pensativa.

-A veeer… – hizo un breve silencio – ponele: Hola Nico, gracias por tu mensaje y espero que vos me entiendas, si cuando lleguemos a tu casa, te quiero violar. Siempre tuya, Ro ¿No es genial? – Rocio se reía a carcajadas por la idea de Lucia, y luego de un «Estas loca», toma su celular y comienza a escribir el mensaje por enviar.

«Hola Nicolás… Voy a entender perfectamente tu nerviosismo, por que yo lo voy a estar más! 🙂 Nos vemos en un ratito, besos.» 

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A los pocos minutos de enviado ese mensaje, el timbre del departamento de las amigas suena; luego de despedirse de Lucia, Rocio baja con mucho nerviosismo por el ascensor. Al llegar a planta baja, suspira y la puerta del mismo se abre pudiendo observar como a unos metros, detras de la puerta de entrada de vidrio, se encontraba Nicolás caminando algo nervioso.

Rocio comenzó a caminar hacia él observandolo de pies a cabeza, llevaba puesto una bermuda de jean con una camisa a cuadros de color azul francia y blanco, favoreciendo su bronceado y la belleza de ese chico. Cuando ella se encontraba cerca de la puerta, Nicolás gira para quedar enfrentados, en ese momento, Rocio sintio como su corazón palpitaba con fueza, el nerviosismo iba en aumento.

Ambos se sonrieron mientras ella abría la puerta de entrada. Ya enfrentados sin que nada los dividiera, Rocio lo saluda con un «Hola» y un beso en su mejilla derecha; al tenerlo tan cerca, pudo sentir como su perfume innundaba sus fosas nasales. Era delicioso, tan masculino que le provocaba impulsos nada apropiados para una primera cita.

-Estas muy linda… – dijo Nicolás luego de saludarla de la misma forma, provocando que Rocio se ruborizara.

-Gracias, vos también estas muy bien – respondió ella y Nicolás le brindo una sonrisa plena, logrando que esos primeros nervios que se habían apoderado de ella, comenzaran poco a poco, desvanecerse.

-¿Vamos? – preguntó él, sus miradas se encontraban conectadas.

-Dale – respondió con una amplia sonrisa.

Luego de hacer unos pasos desde la puerta de entrada del edificio de Rocio, Nicolás le señalo cual era su auto abriéndole la puerta del mismo.

Mientras el trayecto comenzaba, Rocio comienza a preguntarle: – ¿Vivis muy lejos?

-No, no, vivo por recoleta. Es una casa vieja que con mi hermano decidimos remodelarla… por suerte ya esta casi terminada, solo queda el jardín.

-Que  bueno… ¿Tomo mucho tiempo la remodelación?

-Y… hace 2 años que estamos con eso – dijo sonriendo – Yo empece a trabajar  y bueno, me puse a full con todo, pero lleva tiempo y sobre todo dinero.

-Si, te entiendo totalmente…

La conversación entre ambos, prosiguio de la misma manera, con preguntas y respuestas sobre la vida de ambos. Rocio comenzó a conocerlo poco a poco…

Nicolás, era estudiante de diseño gráfico y se encontraba cursando las últimas materias de su carrera para poder recibirse aunque hacía 3 años que se encontraba trabajando en el sector de diseño de una revista de música reconocida internacionalmente. Esa oferta laboral le había posibilitado cumplir uno de sus mayores sueños, ayudar a su madre economicamente y poder comprar esa casa que durante los últimos años había añorando. Era una casona antigua, algo descuidada cuando la encontró en uno de esos días en los cuales salia a buscar inspiración en las calles de Buenos Aires; como amante de la arquitectura, esa casa llego a él de forma inesperadas y a partir de ahí, su mayor objetivo en los años venideros, fue reformarla y arreglarla para hacerla propia. Comenzó a trabajar de mozo, luego siguio como  empleado en un local de música y con el paso del tiempo, prosiguio tomando cualquier trabajo momentáneo con flexibilidad en los horarios, para poder cursar y estudiar.

Su familia se encontraba constituida por su madre Patricia, su hermano Mariano de 23 años y Jazmin, la menor de los tres de 18 años; con un padre, que por múltiples engaños a su mujer, se había convertido en un ser desconocido y ausente para los tres. Nicolás al ser mayor de sus hermanos, había vivido esa horrible realidad de como su familia se caía a pedazos en su plena adolescencia, provocandole un cambio en su forma de ser y sobre todo de pensar sobre la vida y el amor. Antes de que todo eso sucediera, era un adolescente como cualquier otro, salia con varias chicas a la vez y disfrutaba de la buena vida económica de la familia haciendo viajes excentricos, fiestas en lugares lujosos con mucha concurrencia, comprandose lo último en ropa y en aparatos tecnologicos; siendo el mas popular del colegio privado en el que concurria por ser el mejor jugador de rugby con un cuerpo atlético y una simpátia que te enamoraba, disfrutaba el hecho de que todas las alumnas mujeres, desde los cursos más bajos hasta las de último año, mueran por él. Sabía aprovechar esa ventaja que tenia y solia salir con una chica distinta en cada evento al que concurría o el cual él realizaba, pero nunca se comprometía con una chica. Para ese Nicolás de 16 años, el amor no existía y mucho menos siendo tan joven, consideraba que esas cosas solo se daban en ciertas personas y que él no era el adecuado para vivirlas.

Pero todas esas formas de pensar, de ser y de actuar en su vida, se vieron alteradas cuando su madre discutió, como tantas veces con su padre, pero con una decisión profunda en ella: no soportar más los engaños de su esposo, esa humillación y maltrato de parte de él. Luego de que su padre se fuera de esa enorme casa que tenia la familia en un reconocido country privado, la vida de Nicolás fue cambiando. Él  miraba a sus hermanos tan chicos y preguntando por su padre, que sintio rabia por la actitud de su madre, que con total delicadeza y compresión por el dificil momento de confusión que se atrevesaba su hijo, le explico lo que ella se encontraba viviendo; Patricia sentia que día a día, ya no existian razones para seguir al lado de Gerador. Ese amor profundo que sentía por él, se fue desvaneciendo con el paso del tiempo por la distancia que cada vez era mayor y la nueva vida que su esposo había decidido tomar: Gerardo era un empresario con carácter  tanto para los negocios, como en su vida personal, siempre lograba lo que queria sin importar las consecuencias de las mismas, por que sabía el poder que tenia entre sus manos. Cuando sintio que Patricia no sabia satisfacer sus necesidades, comenzó a distanciarse de su familia y a frecuentar hoteles con distintas señoritas que sus amigos les recomendaban, provocando que el distanciamento con su mujer fuera mayor y que sus hijos comenzaran a utilizarlo como cajero automático, un simple ser que servia para despachar dinero a gusto y sin importancia sobre su destino.

Nicolás luego de escuchar la realidad que su madre había tenido que vivir, se preguntó: ¿Donde se encontraba él, cuando su madre sufría y lloraba por su padre? La respuesta, no era de su agrado a pesar de que su madre le repitiera una y otra vez, que eran cosas de adultos. A medida que los años fueron transcurriendo, el rastro de su padre se fue perdiendo dejándolos con una empresa quebrada y múltiples deudas. Siendo el único bien material la enorme casa en la cual vivian, que les resultaba imposible mantener, deciden como ultima instancia venderla para saldar algunas deudas y conseguir una casa mas pequeña, además de abrir un local de antiguedades para tener un nuevo ingreso.

Nicolás en los ultimos dos años de colegio, había cambiado su personalidad, ya no era el  adolescente arrogante que realizaba fiestas en su casa y salia con distintas chicas; se había convertido en un alumno sobresaliente que había decidido dejar de jugar al rugby y dedicarse a tocar con su guitarra en un grupo de música formado por distintos compañeros de el nuevo colegio público al cual asistia con sus hermanos, en eventos solidarios, bares y restos. Había encontrado en la música algo placentero que lo conectaba con sus sentimientos internos y lograba olvidarse de la lucha diaria que tenia junto a su madre el proteger a sus hermanos.

Al cumplir 23 años, Nicolás observaba al pasado como aprendizaje y como un cambio necesario en la vida de su familia, a pesar de todo lo doloroso que llego a ser. Se imaginaba como seria en ese mundo fictisio ese Nicolás pasado y sacaba la conclusion de que hubiera sido peor que su padre: cegado por poder y dinero, enamorado de las excentricidades y acostándose con cuanta mujer curvilinia y hermosa se le acercara. Al pensarlo, simplemente sonreia y amaba la realidad de su vida, uno de los mejores estudiantes de diseño grafico, con un trabajo muy estable, realizando algo que amaba que era la música, y sobre todo, su madre feliz y orgullosa de sus hijos.

-Ya llegamos – le anuncio Nicolás sonriendo a Rocio mientras descendían del auto. Ella observo la casa colonial  que tenia en frente, le resulto preciosa, su fachada era de color terracota bastante claro, la puerta de entrada se encontraba en el centro y a sus costados presentaba ventanales rectangulares de un metro y medio de alto, subio la vista encontrandose con el balcon y  3 ventanales del mismo diseño de la planta baja.

-Bienvenida – dijo él con una sonrisa plena luego de abrir la puerta de entrada de roble oscuro.

Continuara…

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Corazones profundos ♥